Las marcas favoritas de François-Paul Journe
Hace no mucho, me topé con una entrevista de François-Paul Journe en la que hablando entre varios de sus relojes, calibres y demás logros, surgió la pregunta de qué otras marcas de relojes o relojeros le gustaban y no me esperaba la respuesta.
Solo mencionó dos de ellas: No me vuelven loco las grandes marcas, pero hay algunos productos de algunas marcas que me gustan particularmente. Encuentro muy inteligente lo que Rolex hizo con su escape. Y me gusta la forma en que Tissot hizo su movimiento de cronógrafo automático.
¿El escape de Rolex? No entendía como siendo su tutor George Daniels, el inventor del escape coaxial esto podría llamarle la atención y … ¿El crono de Tissot? Siendo François la persona que ha desarrollado calibres como el 1518, crono con rattrapante y gran fechador. Quizás estos dos desarrollos que nos pasan desapercibidos, ocultan algo que llaman la atención de uno de los mejores relojeros de la actualidad. Veamos algo más sobre ellos.
Junto con el oscilador, el escape es uno de los componentes estratégicos que determinan la precisión, la fiabilidad y la autonomía de un reloj. A su vez de ser de los más complejos y exigentes de fabricar ya que las tolerancias de producción y funcionamiento son del orden de unas pocas micras.
En el caso de Rolex, creo que lo que le llamó la atención a François es la forma en la que le han dado una vuelta al escape de áncora suizo, sin que suponga un hito en la relojería ni que todo el mundo hablase de ello en su lanzamiento. La marca plantea un nuevo escape denominado Chronergy con un rediseño de la horquilla de áncora y la rueda de escape, que se ha recortado respecto a las que montaban los calibre previos de las familias 31XX para hacerla más ligera y reducir su inercia. Esta nueva geometría, mejora la eficiencia del escape un 15% sin reducir fiabilidad y resistencia siguiendo en la línea de relojes herramienta, aunque mirando desde otro ángulo, la marca quizás se ha separado un poco de esto.
Por otro lado, en el caso de Tissot, entiendo que se refiere al desarrollo del Powermatic 80 y su aprendizaje posterior, una evolución del movimiento ETA 2824-2 que nace de la mano de ambas empresas.
El objetivo de esta colaboración era crear un movimiento más eficiente en términos de energía, mejorando la reserva de marcha sin comprometer la precisión. Para ello se redujo la frecuencia del volante de 28,800 vph a 21,600 vph, esto permite un menor consumo de energía y alarga la vida de la reserva.
Además se eliminó el sistema de ajuste tradicional del volante para reducir el número de piezas móviles y el desgaste. En su lugar, el Powermatic 80 utiliza un sistema más simple que asegura una mejor precisión y estabilidad a lo largo del tiempo. Para poder llevar a cabo todo esto, se revisó el tren de engranajes y barrilete, que además impactó en una mejora u optimización del uso de energía.
Estos aprendizajes le sirvieron a Tissot para realizar una mejora en el 7750, presentando un balance de inercia variable, nuevamente sin el ajuste tradicional del volante, como el que emplea el Powermatic 80. Para regular la velocidad del reloj, en lugar de deslizar la palanca y de esta forma incidir en la longitud del resorte su ajuste se realiza girando los tornillos asimétricos en los radios de la rueda del balance.
Si lo piensas, estas mejoras de los calibres tradicionales los encontramos en mayor o menor medida en relojes a diario y no le damos demasiado valor, al menos en mi caso, no había reparado en ello de forma tan profunda hasta investigar porqué a la persona que desarrolló algo tan interesante como la Chronomètre à Résonance le pueden llamar la atención estos desarrollos.
Sin duda, mi forma de disfrutar esta afición va evolucionado a medida que indago más en ella.