Los mil nombres del Reverso que no conoces
El Reverso forma parte de los relojes con diseño reconocible e icónico de la historia de la relojería. Sin embargo no siempre ha lucido el nombre de Jaeguer LeCoultre, para conocer un poco sobre los diferentes diales, vamos a comenzar remontándonos hasta su origen, en la década de los 30, cuando nació como un reloj deportivo, quizás, opuestamente a lo que hoy en día pueda parecer.
En un viaje a la India, César de Trey asistió a un partido de polo; caballos rápidos y golpes con los mazos a las bolas… una combinación fatal para los relojes de la época (y algunos actuales). Durante este evento, él mismo pudo comprobar con sus ojos cómo había una necesidad de un reloj resistente para poder ser usado en ciertas actividades deportivas, y se puso manos a la obra.
Para verano de 1931, César de Trey se hizo con la patente que tan solo unos meses antes había sido otorgada a René-Alfred Chauvot. Una caja que era capaz de pivotar en un extremo del reloj y de esta forma protegerlo de los golpes.
El siguiente paso fue asociarse con Jacques David Lecoultre para suministrarle los calibre y ¡Voila! Nació el Reverso. Esta fue la primera iteración del dial, en la que solo figuraba Reverso en la parte superior del cañón de las agujas.
Posteriormente lució el nombre reverso junto al nombre le Coultre seguido de pasar a mostrar Jaeger hasta finalmente lucir la configuración del nombre completo de la manufactura Jaeguer LeCoultre. Esta serie de cambios fueron producidos por la adquisición de la patente por parte de LeCoultre y de la fusión de ambas casas hasta configurar JLC como la conocemos a día de hoy.
Sin embargo a pesar de esa fusión, JLC no siempre han operado de forma independiente. en 1969, Georges Favre al frente de Favre Leuba, compró el grupo SAPIC al que pertenecía Jaeger LeCoultre. Por lo tanto, en 1969, Jaeger LeCoultre y Favre Leuba se convirtieron en empresas hermanas, propiedad de George Favre / Favre Leuba.
Así nació el Sandow, que venía a ser el anterior Reverso, pero renombrado. Este reloj lucía la famosa caja de JLC,con el nombre de Favre Leuba o como un reloj doble firma, luciendo el nombre de ambas casa relojeras hasta que en 1978, George Favre vendió Jaeger LeCoultre y posteriormente la marca reflotó el modelo bajo su nombre nuevamente.
Como aficionados, muchas veces tendemos a mitificar y a ver las cosas de una forma más romántica de la que realmente es. Jaeger LeCoultre a pesar de que nosotros podemos verla como una casa relojera con historia, velando por la tradición, su legado… y demás cosas que queramos añadir, la realidad es una empresa y necesita tener la mayor cantidad de beneficios posibles.
Ahí entra una nueva línea de negocio para la empresa, no solo fabricando sus propios relojes sino siendo capaz de licenciar de alguna manera sus patentes, esto lo hizo de dos maneras.
La primera fue licenciando la patente de la caja del Reverso a Hamilton, dando lugar a un nuevo nombre para el Reverso, el Hamilton Otis.
Sobre estos relojes durante mucho tiempo hubo cierta controversia, ya que se comentaba que Hamilton copió las cajas de JLC y este demandó a la empresa americana, ganando el juicio y haciendo de esta manera que su producción cesara, incluso llevándola casi a ala quiebra con el pago de la indemnización correspondiente.
Sin embargo esto no es cierto y fue descubierto en 2021 gracias a documentación proveniente de la propia Hamilton. La realidad es que en 1938 Hamilton recibió permiso de Jaeger LeCoultre para usar su patente #1,930,416 bajo una cuota de 60 centavos por reloj fabricado. Con esto Hamilton envió una carta al fabricante de cajas de Schwab y Wuischpard (S&W) con las condiciones que JLC presentaba y condicionando la fabricación por parte de S&W a fabricar estas cajas para Hamilton Watch Co.
La segunda fue limitar la fabricación de las cajas con las licencias y producirlas ellos mismos, vendiendo estas a otros fabricantes, dando como resultado una serie de tres relojes muy codiciados entre los aficionados de la década de los 30.
Durante este periodo, el Sr. Trey y David Le Coultre, que como he comentado al inicio del artículo, poseían los derechos sobre nombre y patentes del Reverso, crearon una empresa de distribución llamada Spécialités Horlogères. Bajo este nombre facilitaron que otras grandes empresas como Patek, Vacheron y Cartier vendieran relojes Reverso bajo su propia marca, dando como resultado tres nuevos nombres para el Reverso.
De estos tres últimos mencionados, cabe destacar el Patek ya que solo se produjeron ocho unidades, de las cuales la mitad estaban realizadas en oro blanco y la otra mitad restante en una combinación de oro amarillo y blanco.
Estos rara vez son vistos en subastas, lógicamente por la poca cantidad de unidades que hay, pero por rizar el rizo y hacerlos aun más raros si cabe, las unidades de oro blanco además llevan doble firma, pero no en el dial, sino en la caja, mostrando el nombre del distribuidor Gübelin en la parte posterior de la caja, junto a la numeración.