El Rolex Submariner que no se puede mojar, el Submariner de mesa.
Al igual que ocurre en otras industrias, los objetos en torno a los relojes siempre causan gran admiración entre los aficionados, y suelen ser bastante coleccionables.
A mí personalmente me gusta bastante que algunos de los objetos que utilizo estén relacionados con la relojería, por ejemplo tomar notas con un boli de Patek, o poner en navidad un adorno en el árbol de Vacheron.
En muchas ocasiones estos objetos son regalos y en otras no. Este es el caso del último Submariner con referencia 909010LN que ha lanzado Rolex a la venta y ha pasado bastante desapercibido en la feria Watches and Wonders de este 2025, quizás porque realmente es una pieza off catalogue y no va a ser fácil hacerse con él.
El reloj cuenta con un diámetro de 80 mm y la estética de un Submariner, sustituyendo las asas por una base que permite diseccionarlo a donde queramos.
Salvando el tamaño y el uso, es prácticamente igual salvo por dos diferencia notables, la primera es en loa estética, abandona las leyendas inferiores dejando a la vista tan solo la palabra Submariner y el material del que está hecho pasa a ser acero 316L en lugar del 904L que había comenzado a utilizar en 1985 y que en 2003, completa la transición de todo el catálogo de acero a este material. Lo cual es muy interesante ya que desde hacía veintidós años que no fabricaba en este material. Esto supone una nueva inversión en maquinaria.
Por otro lado, conserva el bisel de Cerachrom de color negro y la buena legibilidad de las agujas e índices con el Chromalight, lo cual denota que a pesar de no ser un reloj de pulsera, para la marca tiene importancia suficiente y no ha delegado su construcción.
Sin embargo donde más se nota el cariño de la marca por este reloj es a la hora de incorporar un nuevo calibre desarrollado por ellos, el 8335 que además de la hora muestra la fecha y no de cualquier forma. Para Rolex un apaño que saque del paso no es suficiente y ha desarrollado un calendario secular que no necesita ajustes hasta el año 2400.
Pedirlo como regalo no va a ser una opción ya que al ser una pieza fuera de catálogo solo se podrá conseguir de forma excepcional y únicamente en boutiques monomarca, y no en concesionarios multimarca a un precio de 9700 francos suizos.
Sin duda al ser una rareza, esta pieza será bastante buscada por los coleccionistas de la marca y muestra también cómo Rolex está buscando relacionarse con los clientes, de una forma diferente.
Aunque habiendo dado el peso que le han dado a la fecha con ese calibre secular y siendo que no es un reloj para deporte extremo (y mi gusto por el modelo), creo que la elección de un Datejust de mesa en lugar de un Submariner o en adición a este, hubiera sido muy acertado.
¿Quizás en un futuro?