¿El mejor sistema de cuerda automático?

Seguramente en alguno de los podcast nos hayas escuchado comentar sobre cómo el equipo de innovación de IWC hace que la marca se sitúe como punta de lanza en este aspecto dentro de la industria relojera. Pero aunque ahora estén centrados en el desarrollo de nuevos materiales como el Ceratanium o el Ceralume, esto de la innovación no es nada nuevo y forma parte del legado de la compañía.

En 1946 IWC presentó la patente CH254578 en la oficina de registros de patentes suiza para un mecanismo de carga automática para sus calibres. Con esta patente IWC pretendía mejorar la eficiencia de sus calibre automáticos de forma destacable frente a sus competidores.

Disponer de un calibre más eficiente supondría para IWC una ventaja frente a su competencia, sin embargo estos nuevos calibres no permitían a la masa oscilante girar 360 grados y resultaban poco eficientes, ya que además empleaban rotaciones en un solo sentido para dar cuerda al movimiento. Esto resultaba en una pérdida de fuerza y energía considerable.

Todo esto cambió con la llegada de Albert Pellaton como director técnico a IWC después de su paso por Vacheron Constatin. Albert rediseñó estos calibres para desplazar el centro del eje de la masa oscilante a un disco excéntrico, que a su vez contaba con una forma poco convencional, similar a la de una bellota. De igual manera también se sustituyeron las sujeciones de la masa tradicionales que se usaban normalmente, como los rodamientos de bolas.

El resultado de este nuevo disco y la sujeción, transformaba las vueltas de la masa oscilante en el vaivén similar al de un balancín, que se transmitía a la rueda de la cuerda mediante dos trinquetes. El primero de estos trinquetes se encarga de dar cuerda al muelle, y el otro solo se desliza sin aparentemente ninguna función. Pero es cuando la masa oscilante cambia su dirección el hecho de que esto cambie, ya que las funciones se invierten y el primer trinquete que estaba dando cuerda al muelle ahora pasa a solo deslizarse y el segundo pasa a suministrar la cuerda.

A primera vista esto puede parecer poco destacable, pero con este sistema los calibres de IWC no solo empezaron a girar 360 grados, sino que además habilitaba la carga del mulle en ambas direcciones. Es decir, cualquier movimiento por pequeño que sea da energía al reloj. Ya tenían un calibre que destacaba sobre la competencia de forma considerable.

Bajo el nombre de remonte automático se presentó una nueva patente suiza CH284841 en 1950. Un año después con numeración DE882227, se registró en la oficina de patentes el mismo sistema de cuerda automático, pero esta vez bajo el nombre Pellaton, que es como se conoce hasta hoy.

Con el tiempo, IWC observó que este sistema presentaba un desgaste más elevado que otros métodos de cuerda automática y los siguientes pasos consistieron en ir mejorando el sistema Pellaton. Después de la implementación de diferentes materiales como el óxido de circonio para sustituir el berilio-cobre, la última iteración sobre este sistema consistió realizar la rueda automática y piñón como una sola pieza de cerámica negra.

Este sistema es parte de algunas piezas más especiales hoy en día para la marca y puede encontrarse en catálogo junto a otros diseños históricos de calibres, como el calendario perpetuo o el repetidor de minutos. Aunque desgraciadamente bajo el punto de vista del aficionado, se ha ido sustituyendo poco a poco en favor de la eficiencia empresarial por calibres como la familia 32000, que cuentan con un sistema de carga estándar y que además son calibres genéricos para el grupo Richemont

Veremos si la marca se aventura a incluir el sistema Pellaton como estándar en sus relojes en un futuro, mientras tanto, podemos acudir a esas piezas más especiales del catálogo o hacernos con una pieza vintage que de momento, no han explotado en el mercado secundario.

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