Museo de Patek Philippe ¿Merece la pena?

Hace unas semanas realicé un viaje por Suiza, visitando diferentes lugares relacionados con la relojería y voy a realizar una serie de artículos relacionados con ello. El primero es el museo de Patek Philippe ya que cronológicamente fue la primera actividad relojera que realice en este viaje.

Para cualquier aficionado a la relojería el museo de Patek creo que le resultará muy interesante ya que no es solo un museo, sino un recorrido por la historia de la relojería.

La visita al espacio comienza en la planta baja, donde se encuentra el taller de restauración. Aquí, hay varios técnicos dedicados a la conservación de piezas a los que se puede ver trabajar, aunque no hacerles fotos o sí, no me quedó claro y os comparto un par que hice.

Pero el turrón llega en la siguiente planta donde se encuentra la colección Patek Philippe dividida en diferentes nombres rimbombantes, pero que realmente se pueden catalogar en piezas raras, icónicas y de valor para la marca. El haberlos clasificado por mi parte en estas tres categorías es porque hay muchas piezas que para la marca tienen un gran valor, pero que para que se pueda valorar de la misma forma por parte de un aficionado, debe tener un nivel de conocimiento de la marca bastante profundo y exagerado.

En varios artículos he hablado sobre algunas de estos relojes y más de ellos que van a llegar, pero si estás pensando en hacer una visita, déjame que te recomiende buscar algunas piezas:

Empezando por los iconos de la marca, las primeras referencias del Nautilus 3700 que se lanzó en 1976 y la de su hermano menor, el Aquanaut 5060 de 1997 son imprescindibles para ver cómo la marca cuida los diseños a lo largo del tiempo. Seguido del primer rattrapante de muñeca con referencia 124 lanzado en 1923.

En cuanto a piezas de valor para la marca, hay unos cuantos relojes de bolsillo y de viaje, entre los que se podrían destacar una pieza de 1928 con una decoración hecha a base de madreperla que muestra un paisaje japonés y un calibre realmente pequeño.

Además la colección de repetidores de minutos es impresionante, de ellos no te puedes perder la referencia 96 que cuenta con triple fecha y fase lunar. Aunque no es el único reloj de esta referencia, también los hay con triple fecha, donde el día del mes se muestra retrógrada u otra unidad también con triple fecha, pero en una esfera de segmentos salón, siendo la referencia 96 de 31mm, es bastante increíble.

En cuanto a horas mundiales, tenemos una variedad tremenda de cajas y agujas a lo largo de las diferentes referencias, pero destacar la referencia 515 con calibre de Luis cottier.

De las piezas raras, el Patek con caja Reverso realizada por Jaeger LeCoultre de los que solo hay 8 unidades y ellos disponen de más de uno es algo que no se puede ver muy a menudo. Lo que  tampoco es fácil ver en persona son los relojes asimétricos que diseñó Gilbert Albert, sin embargo aquí los tienen todos para que disfrutes y compares tamaños.

Varias marcas como Rolex u Omega han utilizado diales enamel del fabricante Stern, que posteriormente compró Patek Philippe y cómo no, conservan muchos de estos relojes, algunos de ellos muy poco frecuentes en diferentes publicaciones y por lo tanto desconocidos, que muestran escenas deportivas.

En cuanto al apartado técnico muestran varios calibres de observatorio, tanto en su montura original para concurso como en relojes, incluso algún tourbillon. Sin olvidarnos de los tan raros relojes para pilotos con calibre siderométrico de los que escribí este artículo.

También hacen un repaso a sus inicios por el cuarzo y la verdad es que merece mucho la pena, detrás de la carrera del cuarzo hay mucha máquina interesante, bastante más miga que lo que muchas veces los aficionados tenemos en mente. Aquí el Beta 21 toma protagonismo en lo que a relojes de pulsera se refiere, con varias configuraciones de materiales y brazalete.

Como aficionados muchas veces tenemos rechazo a los calibres de cuarzo, pero viendo todo lo que desarrollaron, se puede entender cómo la marca aun considera el emplearlos en algunas referencias.

Y antes de abandonar la sala, hay que hacer una parada para ver el Calibre 89, una de las piezas más complicadas que existen con sus 33 complicaciones, aunque actualmente ha sido superado.

En la siguiente planta se encuentra una colección de relojes realizados entre 1500 y 1850, muchos de ellos no ejecutados por Patek, y de ahí que haga referencia al inicio de este articulo a que si eres aficionado a la relojería en general, este museo merece mucho la pena.

Bueno en realidad no solo relojes como el péndulo misterioso de Breguet, también puedes encontrar autómatas de animales, como por ejemplo de un ratón muy curioso o una serpiente.

Y finalizando están los archivos, donde se hace un repaso a lo relacionado con la historia de la marca con reproducciones de las emisiones de participaciones de la marca a 5 céntimos de franco suizo… quien los pillase.

Tambien están expuestas las medallas de los premios de los concursos de observatorio, maquetas de escapes de Zcapek e incluso, un reloj de plástico.

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