Todas las marcas vendieron el mismo reloj.
Hace no mucho, apareció un vídeo por la redes con un curioso reloj moneda de Rolex, que rápidamente se convirtió el centro de las conversaciones entre algunos círculos de los aficionados llamando su atención.
Esta no era a lo que Rolex tiene acostumbrados a sus aficionados, era una pieza rara… bueno, no tan rara dejadme que os cuente.
En los años 30 surgió la corriente de los relojes moneda, estos venían inspirados por el proceso de elaboración de Joseph Vergely, que años antes había realizado el primer reloj moneda a partir de dos monedas, las cuales se vaciaban y rebajaban para alojar en su interior un pequeño reloj.
Quizás uno de los mayores exponentes de este tipo de relojes fue Cartier, que realizó algunas piezas con decorados interiores de guilloché y coronas con cabujón, típicas de sus relojes. Sin embargo estas quedaban expuestas en la moneda, haciendo que el producto final no terminase de verse bien, al final el cerebro humano identifica rápidamente los elementos extraños identificando que algo no está del todo bien.
Esto lo supo identificar bien Alcide Guyot & Cie, un fabricante de cajas suizo que perfeccionó los relojes moneda hasta hacerlos pasar por una moneda. Estos contaban con el mismo grosor que las monedas en las que se basaba y el pulsador que abría la moneda para ver el reloj en su interior, quedaba oculto en el canto de la moneda.
Para su realización utilizó el método de Joseph Vergely y para solucionar el problema de que algunas monedas resultaban demasiado pequeñas, utilizó monedas de oro de unas décadas previas y que tenían cierto valor histórico como monedas de 10 dólares de los Estados Unidos de 1910 o incluso de 20 dólares de 1897, monedas de pesos mexicanos de 37,5 gramos de oro y otros ejemplares algo más raros como una moneda de la reina Victoria de 1893.
Una vez que tenían la moneda lista para alojar el reloj. Fabricar la caja para un fabricante de cajas no era tarea difícil, así que el siguiente paso era encontrar un calibre lo suficientemente plano para meterlo en un reloj y este a su vez en la moneda. Tras mirar entre los fabricantes de calibres dieron con uno de Piguet, que encajaba perfectamente con su necesidad.
Incluyendo un dial y agujas, (cosa no muy complicada de encontrar en esa época en Suiza) tenían listo el reloj moneda para lanzarlo al mercado, pero su decisión fue mucho más inteligente que simplemente venderle al público algo que prácticamente solo hacían ellos.
El esfuerzo e inversión en publicidad para un producto tan de nicho era altísimo, y decidieron pasar de una estrategia B2C a B2B de una manera que nunca se había hecho en la industria suiza. Paquetizaron el reloj y se lo vendieron a las grandes marcas.
Su propuesta era venderles un producto completo al que no había que hacerle nada si no se quería, es decir sin inversión adicional en maquinaria o cualquier otra cosa, ya que ellos mismos incluían su nombre en el dial. Por ello es que podemos encontrar el miso reloj fabricado por marcas muy dispares como: Patek, Vacheron, Rolex, Audemars, Ulise Nardin, Piaget, Jaeger LeCoultre, Omega, Blancpain, Le Portique, Ebel, Favre-Leuba, Agassiz, Benrus y Eska. Incluso Cartier viendo la eficiencia del proceso y su reducción de costes empezó a demandar los servicios de Alcide Guyot & Cie.
Las variantes de estos relojes son altísimas, inicialmente por las introducidas por el fabricante, que partien desde las monedas con las que estaban realizados, (que se veían sujetas a la disponibilidad del mercado), los cambios en el diseño de las cajas, como decoración interior o girando los relojes unos grados en sentido contrario a las agujas del reloj.
Y seguidas por la personalización que permitían a las marcas, entre las que destacan:
Patek con su decoración y esqueletización del calibre, incrustación de diamantes en la caja del reloj o modificación del sistema basculante de extracción del reloj a uno de exposición que permití apreciar mejor la pieza.
Rolex que sustituyó el calibre ofrecido por Alcide Guyot & Cie por el 651 que también tenía el Midas diseñado por Genta.
Benrus sin embargo, optó por recurrir a un tercer proveedor para incluir unos diales algo más elaborados.
Pero el caso más extraño es el caso del AP realizado en moneda francesa de 100 francos de Napoleón III, que incluía su propia decoración perlage en el interior y un dial doble firma por Bulgari.
Sin embargo a pesar de la posibilidad de personalización, no todo era posible y Movado decidió optar por un fabricante de cajas diferente, realizando sus relojes moneda en plata en lugar de oro, permitiéndole resaltar entre sus competidores con una propuesta diferente.
Entre los aficionados, tendemos a ver la industria de los relojes con cierto romanticismo, pero como dijo Michael Corleone, son negocios y algunas historias como esta, permiten reconocer algunas estrategias empresariales muy interesantes para maximizar los productos/servicios o destacar por encima de los rivales.