Rolex Air King, el reloj supersónico.
Con la idea de romper el récord de velocidad y sobrepasar los 1600Km por hora nació el Bloodhound SSC, un coche supersónico que rodó en el desierto de Hakskeen Pan en Sudáfrica a manos de Andy Green.
Este vehículo que cuenta con 135.000 caballos de potencia gracias a dos motores Eurofighter, necesitaba contar con una cronometría y mediciones muy exactas, y ahí es donde entró Rolex en juego.
Rolex estuvo a cargo de los equipos del vehículo en lo referente a la cronometría y a un velocímetro en la posición opuesta de los controles. Este marca la velocidad de 100 en 100 millas por horas, haciendo hincapié en el Mach 1, que equivale a la velocidad del sonido.
Observando en detalle (e incluso sin mucho detalle), es inevitable pensar en el Air King referencia 116900 y su posterior 126900, ya que toman la estética directamente de los instrumentos que se diseñaron para el Bloodhound.
La adaptación de estos elementos empieza adoptando el logo bicolor realizado en amarillo y con la tipografía verde exclusivo de estas dos referencias. Además el dial, que en multitud de ocasiones he escuchado que se trata de una esfera de Explorer con numerales de los minutos, realmente es la superposición de las dos esferas del reloj del Bloodhound, donde se sitúan los índices 3, 6 y 9 de la subesfera y los numerales de los minutos de la esfera principal.
El bisel del reloj, en lugar de ser abombado como otros relojes en el catálogo de la marca, es plano, similar al que puede apreciarse en esta foto. Si bien es cierto que otros relojes también montaron el bisel plano durante esta época, la decisión final entre un tipo de bisel u otro, está claramente guiada por la encontrar la ingeniosa similitud entre ambas herramientas.
Finalizando podemos apreciar las agujas, que se han adoptado las tipo mercedes que ya son parte de la identidad de la marca en relojes deportivos, sustituyendo las bicolor que mostraban los instrumentos del Bloodhound. Lo que sí heredó el reloj de muñeca fue el color de la segunda aguja del velocímetro, esta vez en la aguja de los segundos y que nuevamente, hace de este reloj una pieza interesante, pues no es algo que Rolex haga muy frecuentemente. Aunque a mi parecer, hubiera resultado más interesante mantener mayor similitud con las del vehículo supersónico en lugar de las habituales de la marca.
Sin embargo, esta historia y los detalles del reloj pasaron desapercibidos para la mayoría del público y el modelo no fue un gran éxito, dando paso a una segunda iteración en la referencia 126900. En esta versión, el dial se hace más simétrico al incluir un ``0´´delante de del ``5´´en los índices de los minutos, alejándose un poco del concepto original, pero acercándose más a las peticiones de los aficionados y consumidores.
Además, se incluyó el protector de corona y una carrura más recta, que al igual que las agujas mercedes mencionadas anteriormente, también son identidad de los relojes deportivos en la marca.
Podría quedar como una sola anécdota, pero como ya comenté en este artículo sobre la innovación de Rolex, es un ejemplo de cómo la marca no publicita muchos detalles, dando la impresión de ser una marca poco innovadora, pero resulta ser todo lo contrario.