Azul Tudor… y ¿Qué más?

Además del <<casi>> nuevo Tudor BB Chrono en color rosa, ha aparecido el Tudor BB Chrono Blue, que básicamente es el mismo reloj que el resto de la línea Black Bay Chrono de acero, pero empleando el color azul en dial y bisel.

Parece poca novedad, le meten un poquito de azul, exclusivo para boutiques… y tirando. Pero la realidad es que el color azul es más importante de lo que parece en Tudor.

La historia de Tudor se remonta a 1936 cuando Hans Wilsdorf adquirió el nombre para lanzar una marca que respaldada por Rolex, ofreciera relojes de calidad, pero a un precio inferior. Para ello, los relojes de Tudor empezaron a utilizar nomenclaturas de Rolex, como Oyster o nombres de modelos como Submariner. Además emplearon muchos componentes realizados y firmados por Rolex, como cajas de relojes y brazaletes. Incluso llegaron a realizar publicidad conjunta, pero con el tiempo Tudor necesitaba desmarcarse un poco de Rolex.

Estas señas de identidad propia, que ayudaron a desmarcarse de la corona en parte, se basan en dos rasgos, el primero, el empleo de las agujas snowflake. Estas aparecen en 1969 con las referencias 7016 y 7021 y se emplearon en posteriores referencias.

Por otro lado, en 1975, de la mano de la referencia 9401 llega el color azul para el modelo Submariner de la marca y con ello la combinación de ambas características, color azul y agujas snowflake, se empieza a esbozar el lenguaje de diseño propio de Tudor.

Después de unos tumbos a inicios de los 2000 con la eliminación de las nomenclaturas asociadas a Rolex y la introducción de unos diseños algo complicados, en 2012 Tudor reconfiguró su estética para dar paso a los Black Bay que conforman arte el catálogo actual y con ellos comenzó el nuevo lenguaje de diseño de la marca.

Aunque tienen más líneas en catálogo, el grueso se basa en Black Bay y en Pelagos. Estas hacen una división entre los diseño de los primeros divers de la marca, desde 1954 hasta 1958 y desde 1959 hasta 1999. Entonces tenemos que los Black Bay presentan una caja sin guardas, con coronas de tamaño generoso y presentan unos índices rectangulares y redondos. Por otro lado los Pelagos mantienen el guardacoronas y los índices rectangulares y cuadrados.

Pero ¿cuál es el hilo conductor de ambas colecciones? Los detalles que hemos comentado inicialmente, las agujas snowflake y el color azul. Las primeras están presentes en todos los relojes de estas colecciones y el color azul aparece en muchos de ellos.

Creo que el color azul es un fuerte legado y seña de identidad de la marca, y con el tiempo ganará peso en el catálogo de Tudor. La marca ha ido estableciendo bien sus nuevas bases fundamentadas en lo que inicialmente Wilsdorf buscaba, tiene el respaldo de Rolex y ha rescatados esos detalles que le permite separarse lo suficiente de esta, sin perder su identidad, pero permitiendo que ambas marcas no rivalicen entre sí.

Anterior
Anterior

A. J. Mlato y Kiu Tai Yu, quizás el relojero más importante de China.

Siguiente
Siguiente

Héroes inesperados: 5 codiciados relojes de servicio