Relojitos de plástico, visita al museo Swatch.
Crear un reloj automático fabricado completamente por máquinas con solo 51 piezas, participar en programas espaciales reales en colaboración con Omega y la ESA (Agencia Espacial Europea) o crear un reloj suizo asequible, divertido y preciso que salvó la industria. Estos son algunos de los hitos alcanzados por Swatch y que a día de hoy incluso entre los aficionados, no parecen ser suficientes para tener una imagen de marca más allá de relojes de juguete.
A muchos les sorprendieron las colas en los días de lanzamiento de los Moonswatch, pero es que nos hemos olvidado que en los 90 vendían ediciones limitadas que se agotaban al instante. Algunos fans hacían cola durante horas y nació una fiebre coleccionista en toda Europa y Asia, dando paso al “Swatch Collectors Club”.
Swatch tiene más calado de lo que pueda parecer en un inicio y aunque quizás choque un poco un museo para relojes de plástico, en realidad tiene bastante sentido.
Hace poco pude visitar el museo de Swatch y estuve viendo algunos de los relojes de la marca que más me gustan, pero también descubriendo algunos modelos bastante raros que no conocía. Y si ya te deje caer en el anterior artículo sobre el museo de Patek Philippe que merecía la pena, este es otro que también debes ver.
Situado en Biel, forma parte de la Cité du Temps, un espacio moderno y arquitectónicamente sorprendente diseñado por Shigeru Ban. Al entrar al edificio donde se encuentran el museo de Omega y este de Swatch, la visita se realiza subiendo a la segunda planta para inicialmente ver la colección de Swatch y posteriormente bajar a la primera, donde se encuentra Omega.
Para arrancar te dan una pequeña tarjeta con preguntas a las que ir contestando, cuyas respuestas están entre todos los relojes del museo, un toque muy interesante, juguetón, como la marca.
Una vez en el espacio, puedes ver que se divide en diferentes partes y aunque voy a tratar de enumerarlas y comentar alguna pieza interesante de estas seguramente me deje alguna, porque sinceramente, es abrumador la cantidad de relojes que tienen.
En la zona dedicada al deporte tiene colaboraciones o relojes oficiales de diferentes eventos deportivos, como los de Roland Garros, o los enfocados en el cronometraje deportivo. Pero sin duda los que más llaman la atención son los que tienen realizados en los materiales de las medallas olímpicas, es decir, oro, plata y bronce. Demostrando que aunque su especialidad son los relojes de plástico, también tiene capacidad de crear relojes en materiales preciosos.
Hablando de materiales preciosos, también puedes ver los realizados en platino o el que consta de 21 diamantes.
Y ya que he comentado lo de los materiales, pues es cierto que se asocian al plástico pero tienen otra sección dedicada a los diferentes materiales que controlan y aplican en sus relojes como las colecciones Irony con relojes de metal, la famosa biocerámica de los Moonswatch donde puedes ver cómo se realiza.
Otro espacio que me sorprendió fue el dedicado a 007, no conocía que Swatch tuviera colecciónes para cada película del agente secreto. Y seguidamente a este, comienza la colección de todos los relojes del catálogo principal que ha hecho la marca desde 1983 hasta ahora. Esta recorre el perímetro del espacio y la verdad es que parecen muchos, pero durante la visita, mi mujer movió una de las columnas que albergaba la colección de 2011… !HAY MÁS POR DETRÁS! Pue sí el doble de lo que parece inicialmente. Y como es lógico, volvimos al principio para verlos todos.
En este espacio estuvimos viendo los relojes de nuestros años de nacimiento y la sensación fuera rara. Por un lado sabes que verás los tipos de relojes que esperas de Swatch, pero otro otro tienes la esperanza de encontrarte el Santo Grial de Swatch lanzado en tu año de nacimiento. ¿Adivináis qué encontramos? Ningún grial jajaja.
Otra de las secciones que me encantó fue la dedicada al arte, con piezas dedicadas a museos, a obras de arte y artistas, como MoMa, Damien Hirst o la noche estrellada, pero esta vez sin diamantes, sino de la obra de Van Gogh.
Lo que no me esperaba encontrar es la edición de Ed Banger Records, uno de los estudios que más me gusta de la música francesa y la versión gigante del reloj diseñado por Pedro Almodóvar, que nunca lo había visto en esta configuración.
Pero hablando de piezas raras, la palma se lo lleva un espacio con piezas algo polémicas, que además no se encuentran a la vista, sino que tienes que asomarte por pequeño recovecos para poder apreciarlas. De estas destacan un Swach que sustituye la correa por un bikini, lo cual propone un uso diferente del reloj. Una pareja de relojes inspirados en juegos sexuales, o un tercero relamida a partir de una foto de Helmut Newton donde se puede ver a una mujer desnuda.
Saliendo de este último lugar se llega hasta el mural de piezas que no son relojes de la marca, es decir otros objetos que lanzaron aprovechando el éxito durante los 90 de la marca. Entre los que destacan una colección de teléfonos fijos, con colores muy… noventeros, colecciones de joyería, complementos como gafas de sol o un calendario de adviento.
¿Te imaginas todo esto en lugar de Swatch, de otra marca? Por ejemplo de Patek o de Omega, los fans de estas marcas harían lo que fuera por hacerse con estos objetos.
Además de todos estos espacios, se pueden encontrar otros menos llamativos, dedicados por ejemplo a las unidades que sacan cada año por el calendario chino o a personalizar tu propio Swatch, tanto de forma física como de online. Lo que sí es llamativo es una de las piezas que tienen que es bastante especial, pero sobre ella escribiré algo expresamente, así que atento a futuros artículos.